Como nos comenta la señora Audia Pérez, una de las primeras líderes de la APG de la zona Macharetí y habitante de Isipotindi: “Nosotros hemos hecho el asentamiento con familias que han llegado de diferentes zonas, hay de Santa Rosa, Muyupampa, Nancairoinza, todo eso hay hacendados, eran empleados, entonces aquí hemos venido, no había vivienda, no había nada, ese ha sido nuestro trabajo, hacer la casa, el chaco, ahora tenemos capilla, posta, escuela, gracias al trabajo de la gente. Algunos se han ido, no han resistido, han vuelto con el patrón, no les gustó ser libres”.
La nación Guaraní en el Chaco boliviano, ha tenido distintos procesos de disputa y lucha por la tierra, acaso la más fuerte sea la expoliación territorial de las comunidades indígenas en beneficio de latifundistas y nuevos propietarios que llegaron a la región. Esto hizo que imperara un modelo patronal apoyado por gobiernos militares, estructurando las relaciones económicas y sociales en la explotación y marginación de la población originaria, a la vez que se instalaba un paradigma de producción agroindustrial.
La comunidad de Isipotindi forma parte de la APG[1], organización que representa al Pueblo Guaraní en Bolivia, y a nivel zonal pertenece a la Capitanía Zona Macharetí.
Al principio, el hacendado no quería vender la tierra, pero la APG investigó la situación de la propiedad y se dieron cuenta de que tenía problemas financieros, después de varias semanas de pláticas, finalmente, se pudieron adquirir las 3,374 hectáreas, que actualmente conforman Isipotindi. En enero del año 2003, es reconocida como comunidad con personalidad jurídica.
Desde el año 2000, se organizaron 40 familias decididas a abandonar las haciendas vecinas, para empezar a poblar la comunidad. Posteriormente, en el año 2001 llegarían otras 20 familias y en los años siguientes otras 12 familias. Este asentamiento implicó una serie de lineamientos para poder asentarse en la comunidad por parte de las nacientes autoridades comunales.
Al principio, la gente no estaba acostumbrada a generar sus propias iniciativas, debido a los largos años de tener una vida de sometimiento. Esto se refleja en las dificultades para llevar a cabo el estatuto comunitario de Isipotindi, pues se intentaba replicar las sanciones y castigos que se recibían en la hacienda, como multas elevadas y castigos físicos. Sin embargo, las decisiones democráticas afloraron según se realizaban las discusiones, lo que decantó en el actual estatuto que en términos generales establece la vida colectiva, como un espacio para vivir en libertad, estableciendo valores como la solidaridad, la igualdad y el respeto individual y comunitario.
[1] La APG es una institución sin fines de lucro que cuenta con personería jurídica, patrimonio y autodeterminación propia de acuerdo a sus usos y costumbres, autogestión administrativa y financiera frente a cualquier otra organización.