Retos y perspectivas de la comunidad de Isipotindi
La comunidad de Isipotindi ha logrado gracias al trabajo colectivo, familiar y grandes esfuerzos personales de cada uno de las comunarias y comunarios, recuperar un modo de vida autónomo y libre. Los logros del pueblo guaraní son fruto de una larga trayectoria histórica de lucha para liberarse de la esclavitud en las haciendas y frenar el proceso de avasallamiento y despojo de sus tierras-territorios. Esta visión se expresa en los términos de Moisés Aparicio, de la siguiente manera: “Si uno se descuida de su hogar, de su comunidad, uno no puede hacer nada: ¿cómo va uno a intentar mejorar las cosas en la comunidad si no cumple con sus responsabilidades? Eso es muy importante, la libertad va con la responsabilidad. Ahora somos libres y responsables de nuestra libertad, responsables de nosotros mismos, de nuestra comunidad y de nuestros hijos”
Isipotindi ha logrado romper con las relaciones de esclavitud anteriores y ha enfrentado las más difíciles condiciones desde el inicio del asentamiento. Vivieron casi dos años sin agua potable, con techos de lona plástica, sin escuelas para sus hijos, sin movilidad, sin servicios de salud, entre otros problemas. Actualmente cuentan con un sistema productivo comunitario y han conformado una organización que intenta lograr el bienestar de todos sin que haya desigualdades internas, ni relaciones de explotación o esclavitud.
El principal horizonte futuro de la comunidad de Isipotindi, es lograr la autonomía. Para ello señalan como un aspecto fundamental, la necesidad de apoyo para el fortalecimiento y desarrollo de su vida indígena cuya base económica es diversificada, pues sólo fortaleciendo su propia economía la comunidad podrá ser verdaderamente capaz de decidir su propio presente y futuro en libertad y tener una vida digna. Desde el inicio del asentamiento se fijó como meta un período de 15 años para que la comunidad dejara definitivamente de verse obligada a vender su fuerza de trabajo a los ganaderos, sin embargo, esto ha sido posible parcialmente pues aún se sigue dependiendo del trabajo en las haciendas como ingreso complementario para algunas familias, por ello continúa siendo un objetivo primordial en la consolidación comunitaria desde el horizonte que se plantearon como vida en libertad.
A pesar de los múltiples logros, aún está pendiente la satisfacción de diversas necesidades para lograr que la comunidad sea verdaderamente autónoma. Una necesidad importantísima es fortalecer la participación política y económica de las mujeres de manera que sus decisiones realmente tengan impacto sobre los distintos ámbitos de la vida comunitaria y sobre sus propias vidas. Otra necesidad crucial que las y los comuneros señalan es que se les garantice y respete plenamente su derecho a la educación, pues en la actualidad los maestros que imparten clases en la escuela no son bilingües, y esto contribuye a que los niños, y así los futuros comuneros, pierdan su lengua y su cultura.
Debe avanzarse en la electrificación de la comunidad y se debe mejorar el acceso a los servicios de salud. Queda pendiente la construcción de un centro de salud, dotación de personal para la atención primaria y urgente. Por otro lado, también es un desafío para las y los comunarios de Isipotindi, la ocupación y consolidación de sus áreas nuevas ubicadas en el predio Yembiguasu en el sector denominado Ñuuguasu, destinado para la cría y producción de bovinos con manejo, y que promete ser una empresa indígena, pionera en su incursión.