Disputas en la lucha por la tierra y el territorio
La lucha por la tierra, ha tenido tres vías para la nación Guaraní: la compra de tierras, la exigencia de titulación de tierras comunitarias y la expropiación de predios de parte del Estado.
Después de largas luchas de los indígenas guaraníes, donde hubo bloqueos, movilizaciones y acuerdos con el gobierno, se ha conseguido el saneamiento de una parte del territorio, sin embargo, el hecho de que en el año 2000 la APG haya recurrido a la adquisición de tierras para conformar la comunidad de Isipotindi, nos habla de las dificultades para que se cumpla lo establecido por parte del INRA. Aunque el gobierno de Evo Morales modificó la ley INRA con la ley N° 3545 de Reconducción Comunitaria, la exigencia de que se cumpla el total de la demanda de tierra por parte de la APG sigue pendiente. La resistencia de los hacendados ha retardado el proceso de saneamiento de tierras y la estrategia de adquisición de tierra sigue siendo una alternativa.
Por otra parte, el gobierno reconoce la existencia de servidumbre en las haciendas. En noviembre de 2007, se promulgó el Decreto Supremo N° 29215, sobre expropiación de tierras para beneficio de las comunidades guaraníes, pero esto no se ha llevado a cabo en los hechos. Al contrario, los conflictos con los hacendados siguen siendo imperantes en la región, y según lo que viven los habitantes de Isipotindi, existe acoso y discriminación de los propietarios ganaderos. La lucha por la autonomía, adquiere un carácter contestatario ante esta situación, como nos comparte Moisés Aparicio: “Al lograr la autonomía consolidaríamos nuestro territorio y es que en este municipio somos mayoría, pero somos gobernados por una minoría, los propietarios, que siempre han mandado porque tienen plata, y uno como pobre no tenía acceso a nada y tenía que aceptar todo. Con la conversión a la autonomía no vamos a parar la perforación de pozos o la construcción de ductos, eso no va a cambiar pero si va a ser más razonable la distribución de recursos económicos, la gobernación ya no va a decirnos en qué usar el recurso económico sino que nosotros vamos a poder decidir en qué usamos y para qué, tendremos esa libertad de decidir a dónde vamos, en qué usamos los recursos”.
En esta lucha, se encuentra también la exigencia de las comunidades guaraníes, ante la presencia de empresas petroleras para que cumplan lo referente al medio ambiente y el resarcimiento de daños ecológicos, además de que se han realizado bloqueos en el año 2004, para que los beneficios sean compartidos en los territorios originarios, en al menos el 5% de la ganancia adquirida. Esta demanda, ha sido en parte tomada en cuenta, pues se ha logrado algunos apoyos económicos para el desarrollo de las comunidades, pero la lógica de economía de enclave, donde la extracción de recursos no deja beneficios a la población del lugar, sigue siendo imperante. En este sentido, el descontento popular se manifiesta en la falta de políticas públicas para fortalecer la agricultura a mediana y pequeña escala. Ante este olvido sentido por la comunidad de Isipotindi, sus propuestas siguen estando al margen del Estado y su modelo de desarrollo basado en la agroindustria y la extracción petrolera.