La AGAVAT y el sentido de la propiedad comunitaria
La AGAVAT es el resultado de un proceso de formalización de la organización ganadera campesina tradicional en el Valle Central de Tarija, que practica la trashumancia entre la zona sur de la provincia Cercado y las zonas de Lacajes y Vallecito Márquez. Esta organización, aglutina a unas 350 familias campesinas provenientes de más de 21 comunidades del municipio de Cercado, Tarija. Al estar conectadas con la ciudad de Tarija, cuentan con postas sanitarias, escuelas comunales, generalmente solo de nivel primario; cuentan con sistemas grupales de agua de uso doméstico para la mayoría de las familias; y desde principios de los 2000 se cuenta con provisión de energía eléctrica.
En el valle central existen varios ejes territoriales de trashumancia, constituidos a partir de la conectividad espacial entre los puestos de pastoreo de verano y de invierno. Uno de estos ejes es el de la provincia Cercado.
Hasta 1952 la propiedad de la tierra estaba concentrada en grandes latifundios que abarcaban el territorio donde actualmente están los puestos ganaderos de las selvas de montaña. La trashumancia se practicaba entonces por los campesinos arrenderos, que se hacían cargo del ganado del hacendado, y se movían dentro de la gran propiedad latifundiaria, entre el valle central y las selvas de montaña. Luego de la reforma agraria de 1953 en Bolivia, la actividad de la ganadería extensiva en el valle central de Tarija, practicada bajo la modalidad de la trashumancia, dejó de ser controlada por las haciendas, y pasó a ser manejada por las unidades familiares campesinas independientes, que acceden a la propiedad familiar de la tierra.
Como la reforma agraria tenía una visión extremadamente agriculturalista, la dotación de la tierra en propiedad familiar se hizo solo en la zona del Valle Central de Tarija, donde estaban ubicadas las parcelas agrícolas, pero no se titularon las áreas de pastoreo trashumante ubicadas en lugares distantes a la comunidad de residencia de los campesinos, pero que formaban parte integral del sistema productivo familiar. Los técnicos de la reforma agraria erróneamente interpretaron esta dispersión territorial, como “doble titulación”, expresamente prohibida por ley. Por eso, se dejaron estas parcelas “dispersas” del sistema productivo familiar, sin titulación, ocasionando así una situación de inseguridad jurídica para estas familias y poniendo en peligro su actividad económica y sobrevivencia.
Si bien la nueva situación implicó una independencia del régimen hacendal, implicaba una desagregación atomizada de los derechos sobre los recursos naturales ubicados en la zona de las selvas de montaña, y al no haber población asentada en el lugar, se convirtió en un área muy vulnerable para la incursión intereses adversos a las familias campesinas.
El surgimiento del sindicato agrario permitió defender y consolidar el derecho propietario del campesino a la tierra, pero su eficacia restringió el ámbito de la comunidad de residencia en el Valle Central, y relegó los terrenos de pastoreo trashumante fuera del territorio comunal a la dinámica de manejo de los productores en forma individual.
Los campesinos tuvieron que enfrentar varios intentos de expropiación de sus puestos de pastoreo por parte de empresas madereras y otros actores, particularmente los descendientes de los antiguos latifundistas, que vieron una gran oportunidad en la indefinición de los derechos sobre los recursos forestales de las antiguas haciendas para intentar usar los títulos de las haciendas para recuperar esa parte de la propiedad; y sólo hasta la década de los setenta, los campesinos adoptan la estrategia de agruparse y consolidar la institución tradicional de la trashumancia, para tener una representación colectiva que les permita tener mejor posición a la hora de enfrentar intereses de poderosos y externos actores que buscaban apropiarse de sus recursos.
Para la década de los ochenta, surge la asociación de ganadería AGAVAT como una instancia organizativa campesina que se complementa con el sindicato agrario para la defensa de los derechos propietarios campesinos tanto en la comunidad como en los puestos de pastoreo ubicados fuera del territorio comunal.
Un resultado importante de la consolidación de la AGAVAT es la posibilidad de defensa de los derechos de los pequeños productores campesinos sobre los recursos productivos que no podían ser defendidos a través del sindicato agrario, y de esa manera seguir realizando la actividad de la trashumancia ganadera bajo control campesino.