La lucha de la Comunidad indígena de Guayaquil por defender su territorio ancestral se remonta a las luchas de Conquista, durante las cuales las tribus Pijao lograron mantenerse en lucha por más de cien años ante la ofensiva española encabezada por Juan de Borja, tras eso se vieron forzados a refugiarse en los resguardos coloniales, el gran resguardo de Coyaima-Natagaima bajo la escritura No. 125 en jurisdicción del cantón de purificación y con el pueblo de indios de Coyaima como eje. Sin embargo tras la Independencia y las resoluciones de disolución de los resguardos, estos se convierten en bandera de lucha del Pueblo Pijao, siendo una de las reivindicaciones principales de líderes indígenas como Manuel Quintín Lame y Eutiquio Timote.
Así mismo la comunidad Pijao de Guayaquil siempre ha considerado como propias las vegas del río Magdalena, al costado occidental y las vegas fértiles al costado oriental del río, y sus islas en las que se destacan Cachimbo, Guaso y el Peñón, sin embargo durante la década de 1970 algunos terratenientes de la región como Agustín Zambrano, Luis Zambrano, Margarita de Zambrano y Gilma Zambrano, miembros de una familia de militares pensionados, se apropiaron de las vegas del río Magdalena que pertenecían a la comunidad de forma violenta.
Con la posesión de los Zambrano en estas tierras, comenzaron las relaciones serviles, pues la familia Zambrano entregaba tierras a los comuneros de Guayaquil en aparcería, para que las trabajaran y les entregaran una buena parte de la producción, y les hacía firmar un documento donde constaba que las tierras eran entregadas en calidad de arriendo, para evitar que reclamaran la propiedad de ellas, así sucedió hasta que la comunidad se comenzó a dar cuenta de que las tierras en realidad eran suyas y debían reclamar su propiedad, fue así que la Comunidad de Guayaquil poco a poco se fue reorganizando durante los años 80 para para defender su territorio y hacer valer sus derechos.
Comenzando los años 90, se abonó el terreno para la conformación del Cabildo con la promulgación de la Constitución Política de Colombia de 1991, en la que se dio el reconocimiento jurídico de los derechos de los pueblos indígenas a la autonomía y al gobierno propio, hicieron varias reuniones de personas de la comunidad y apoyados por Nelson Tovar, alcalde de Coyaima electo por la Unión Patriótica, quien impulso la Constitución de Cabildos en todo el Municipio.