Los valles de Tarija están ubicados en la frontera entre el antiguo imperio incaico y los pueblos indígenas de tierras bajas, donde se ubicaban pequeñas parcialidades de diversos grupos étnicos cuyo origen estaba en la cordillera de los Andes. Al habitar una frontera, tanto territorial como identitaria, a la actualidad se han construido estructuras comunitarias campesinas, organizadas en torno a la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (FSUCCT).
En la comunidad de Laderas Centro viven 65 familias, pero el número de familias afiliadas al sindicado comunal son 84, y esto se explica porque no todas las familias que conforman la comunidad viven allí, pero tienen propiedad de tierra. La organización reconoce de esta manera a los afiliados activos y pasivos, siendo los activos aquellos que tienen su tierra y viven en la comunidad, y los pasivos aquellos que por motivos generalmente de herencia reciben una parcela de tierra, pero tienen su vivienda en otra comunidad o en la ciudad de Tarija. Es norma bien aceptada que la transferencia de la tierra es con preferencia a los propios miembros de la comunidad, primero los parientes y luego los vecinos, y es improbable que una persona ajena de la comunidad pueda adquirir tierra en situaciones normales de la vida comunal. “La comunidad no practica ni permitirá la venta de tierra para personas que no viven en la comunidad. Entre familiares y comunarios solo se venden las mejoras de terrenos, no así la tierra” (Reglamento Interno de Laderas Centro), es decir, no se vende la tierra, sino las obras y construcciones que se hacen sobre ella.