Este proceso de toma y lucha por la tierra ha generado una modificación en la forma en que el campesinado guaimarero concibe su realidad material más inmediata, donde el suelo deja de ser un recurso esencial de usufructo individual o familiar, para empezar a consolidarse como una construcción de carácter comunitario, donde además de la provisión de los medios materiales básicos de vida, es el espacio propicio para reconstituir los procesos culturales desdibujados por la cruenta incursión paramilitar.
Desde el 2009 a la actualidad, en el corregimiento de Guáimaro se han consolidado tres organizaciones que surgen desde la iniciativa campesina: en primer lugar ASOCAGUA "Asociación de Campesinos y campesinas de Guáimaro", que recoge la acción de más o menos trescientas familias que actualmente se siguen movilizando en contra del proceso de adjudicación del predio de Villa Denis, con demostradas irregularidades y que les está negando el derecho a la tierra.
En segundo lugar, aparece ASODEGUMAG "Asociación Nacional de Desplazados de Guáimaro Magdalena”. Dentro de sus objetivos busca reconstruir el proceso de violencia y desplazamiento que atravesó el corregimiento, para lograr el reconocimiento e inscripción de 1400 familias ante las autoridades como víctimas del flagelo del desplazamiento y lograr mayores ayudas estatales. Estas dos asociaciones ya cuentan con personería jurídica.
En tercer lugar aparece la ADEMUCA "Asociación de Mujeres Campesinas Echadas Pa' lante" que busca un reconocimiento más amplio del papel de las mujeres en la organización y más aún en el proceso de toma de tierras. Esta asociación todavía no se encuentra completamente consolidada, puesto que es muy difícil romper con el andamiaje patriarcal de la vida rural tan rápidamente, sin embargo estas mujeres han logrado bastante en esta dirección. Su proceso aún se encuentra en etapa de gestación y todavía a la sombra de los dos procesos anteriores.