Paradójicamente ó como muestra de la necesidad y demanda real de acceso a la tierra por parte de la población campesina del país, mientras que en la vereda El Rosal desde el año 2000 en adelante, se empieza ha dejar de sembrar la tierra dando paso a la construcción de casas, edificios y cabañas de vacaciones, la familia Martínez de tradición campesina, proveniente de una región al sur de Boyacá, logra en ese mismo periodo de tiempo comprar una finca, San Cayetano, para vivir de ella por medio de la siembra de alimentos para el autoconsumo y comercialización de productos agroecológicos en mercados regionales campesinos.
Sobre el año 2000 en el municipio de Duitama se presenta una coyuntura estructural relacionada con: la recepción por parte del municipio de población migrante de otras zonas del país, la instabilidad laboral, la instauración de negocios para el turismo de la zona, el desabastecimiento de alimentos en plazas de mercados, el cambio en el uso de la tierra dejando de tener una vocación agrícola para pasar a la construcción de casas, edificios y cabañas de recreo y el encarecimiento comercial de la tierra. Para el año 2000 un predio de 92 m2 costaba alrededor de 5 millones de pesos. Ese mismo predio cinco años después tuvo un costo de 45 millones de pesos.
Dentro de este contexto la familia Martínez oriunda de Tuta municipio de Boyacá cercano a Paipa, sobre el año 1983 por la muerte del padre que era la persona encargada de cuidar una finca donde vivían y con la que el dueño de la tierra tenía un contrato, se ve en la obligación de empezar un proceso migratorio.