La comunidad de Carhuancho decidió una estrategia de difusión permanente del problema y de su demanda sobre una consulta previa. Esta estrategia ha permitido que el Estado peruano y el Gobierno Regional de Ica comprendan que no se puede ejecutar una obra de esta envergadura sin la correspondiente licencia social y el respeto del derecho a la consulta de las comunidades.
Se estableció también alianzas con las comunidades de Choclococha, Santa Inés, Pilpichaca y Santa Ana, del ámbito del proyecto, para una defensa conjunta y unificada de sus tierras y recursos, la economía familiar basada en la actividad alpaquera. Su participación en el proceso ahora es más proactiva.
Otras estrategias fueron la búsqueda de apoyo institucional del Gobierno Regional de Huancavelica, del gobierno local (municipalidad), mejorar los vínculos con instituciones públicas (Defensoría del Pueblo, universidades, etc.) y privadas (ONG). Se decidió participar en instancias técnicas como la Mesa de Gestión del Agua (MEGAH) que posteriormente, al ser reconocida por el Gobierno Regional de Huancavelica, se denominó Grupo Técnico Regional del Agua de Huancavelica (GTRAH) en el año 2009.