Historia de la demanda y estrategia de acceso
“Yo estoy 4 años queriendo perseguir una vivienda ya que en estos tiempos es muy costoso…...hay mucha falta de trabajo”, explica Yolanda Loayza
La Organización de Inquilinas e Inquilinos de Cochabamba (OINCO), bajo la premisa de la unión hace la fuerza, deciden constituirse en busca reivindicar, articular y solucionar la necesidad de una vivienda de cientos de familias en Cochabamba. Actualmente es una organización abierta, sin fines de lucro y han recibido el apoyo de diversos aliados.
Construyeron un “Proyecto de condominio popular de carácter ecológico en suelo comunitario”, totalmente diseñado, que beneficiaría a 500 familias. Por la magnitud del proyecto y debido al creciente mercado de loteamiento no pudieron hacerlo realidad, cuenta Aniceto Hinojosa (Presidente de OINCO). Ese proyecto tenía todo pensado para el manejo responsable de las aguas servidas, dándole tratamiento, uso comunitario del espacio y manejo de huertos. A pesar de contar con un espacio individual, que es la vivienda propia, se propusieron no olvidar el trabajo colectivo para el bien común.
El 2014 se hizo posible un comodato otorgado por la gobernación de Cochabamba para el uso de 1,400 metros en Ex CORDECO para iniciar con un Huerto Urbano. El primer año de esta iniciativa estuvo apoyada por la Fundación Abril, a lo largo de los dos siguientes años han conseguido pequeños apoyos de otras organizaciones como Swiss Contact, Unitas, etc. principalmente para el acceso al agua, cuenta Aniceto Hinojosa.
“Nosotros la gente de a pie; sin vivienda propia, hemos decidido cambiar nuestra ciudad. Hemos decidido crear comunidades urbanas donde podamos compartir la tierra, donde podamos deshacernos de la apatía e individualismo para conocernos”, declaran públicamente al iniciar con el huerto.
Ese huerto funcionó dos años con el nombre de Huerto en nuestra comunidad.
Luego de iniciada la experiencia vieron que el huerto les daba aprendizaje con teoría y práctica, por esa razón decidieron cambiar el nombre a Escuela popular de agroecología.
La escuela es una práctica que garantiza el futuro de los huertos de las viviendas ecológicas que planean construir. Un lugar donde se puede aprender en talleres que dictan los aliados estratégicos, por ejemplo con la Facultad de Agronomía con quienes aprendieron a realizar bio-insumos y producción orgánica.
Organizarnos y entablar lazos de hermandad a través del trabajo en la tierra es el objetivo de esta organización, afirma Aniceto Hinojosa. Si bien OINCO tiene como eje común conseguir acceso a una casa propia y dejar de ser inquilinos, la experiencia de los Huertos Urbanos es parte fundamental ya que es el primer ejercicio real de cómo deben trabajar en comunidad para gestionar los condominios ecológicos. Sueñan con tener un lugar propio, unas “viviendas ecológicas, por eso estamos aquí aprendiendo capacitándonos con nuestras familias (…) las casas que tengamos tendrán huertos urbanos” nos dice Germán Fernández Valencia.
El 2015, OINCO pudo comprar dos lotes en la zona de Quintanilla y durante el 2016, compraron otros cuatro más. Se ha previsto que 62 familias se beneficien de esta primera gestión comunitaria de un espacio propio. Actualmente estas familias son las más activas y todos los domingos después del trabajo comunitario en el huerto llevan adelante una asamblea informativa para tomar decisiones.
La escuela popular de agroecología ha sido además un buen espacio para visibilizar las propuestas de OINCO. Este año ganaron el primer lugar del concurso de huertos urbanos de la comuna Adela Zamudio, organizado por la Honorable Alcaldía Municipal de Cochabamba.
“Nos recibieron con banda y el mismo alcalde Mario Leyes nos dio nuestro premio” nos dice Aniceto Hinojosa.
El premio consistió en un canastón y 2000 bolivianos, que aunque no es un monto alto, será destinado a la mantención del huerto. El huerto aún no es autogestionario, ya que el tema del acceso al agua implica un gran coste económico.
El recibir el premio también ha hecho que varias organizaciones y personas se interesen en la experiencia. En el mes de junio recibieron la visita de la OTB Esmeralda quienes compartieron un domingo comunitario de trabajo, para aprender de la experiencia y ver las posibilidades de replicar la experiencia.
OINCO ahora busca ampliar el comodato otorgado por la gobernación ya que han pasado tres años desde su inicio; de éstos, dos con plena legalidad y el tercero sin renovación, a pesar que el gobernador expresó su apoyo verbal, pero todavía ningún papel legaliza su estancia. María Campusano, una mujer de la tercera edad que acompaña a su hijo discapacitado que es miembro de OINCO, afirma sobre el huerto que “Aquí nos reunimos, aquí producimos, ojalá las autoridades no nos quiten” expresando el miedo de tener que abandonar el proyecto.