César Angulo
Propiedad privada y administración asociada
El registro más actual que se tiene de los títulos de propiedad data de 1950, en la época del gobierno de Galo Plaza Lasso, cuando se inicia el proceso de modernización capitalista en el agro ecuatoriano. La tercera generación de los Angulo hacen la última entrega de tierras vía herencia que se registra. Al pasar los primeros años de esta distribución sólo uno de 10 herederos decide quedarse habitando Guariche y trabajar en las 5 hectáreas que le habían asignado. Los demás hermanos migraron al casco urbano de Esmeraldas, ubicado a 45 km de la comunidad.
Desde inicios de la década de 1960, el único heredero que decide quedarse en su propiedad va comprando poco a poco las hectáreas de sus hermanos y hermanas. Será a partir de esta década que empieza a gestarse la intensión de administrar las tierras de propiedad privada de una forma comunitaria. Notar la época en la que surge esta tendencia iba a contra corriente con lo que pasaba en el sector agrícola nacional, que se integraba con fuerza a los proyectos de reforma agraria y desarrollo rural, que no contemplaba ninguna forma colectiva de administración de la tierra y la producción.
Pero será la cuarta generación de los Angulo, que ya en la década de los años 2000, que no sólo heredan las tierras de sus antepasados, sino que heredan una lógica comunitaria de administración de los recursos productivos y naturales de la familia, que está asentada en dos pilares fundamentales.
El primer pilar es la unidad de las parcelas heredadas[1]. El segundo pilar es el surgimiento de la necesidad de mejorar los niveles de producción y productividad de la zona[2].
Actualmente estas características se han consolidado. Por una parte, se mantiene la unidad de las tierras ya que sigue siendo de un solo dueño, César Angulo que posee una extensión de 52 hectáreas aproximadamente. Por otra parte, en esta extensión se producen cultivos de caña de azúcar, plátano, guineo, cría de ganado vacuno y caballar, que sirven tanto para la reproducción familiar como para la comunitaria.
La familia Angulo llama a esta forma de administración de recursos “uso comunitario de las tierras”, pues en los últimos 15 años no han sufrido el desmembramiento o la división de la unidad productiva, y se han mantenido una producción y productividad adecuada con las necesidades que demandan.
Luchas por la Tierra
Como se ha manifestado, la familia Angulo accede a la tierra a través de la compra y venta. Siempre han tenido un documento legal para desarrollar una estrategia de protección ante quienes quieran expulsarlos. Sin embargo, la lucha por la tierra de su propiedad, no ha estado exenta de los problemas que sufren los pequeños productores en esta zona.
Por un lado está la agresión que sufren los sectores campesinos a través de la expansión del monocultivo para la exportación, la provincia de Esmeraldas es el lugar donde se ha expandido con fuerza la producción de palma africana. El mismo gobierno decreta una serie de facilidades para que los pequeños productores se dediquen a este cultivo. Les venden la idea de que el mercado de la palma africana es estable.
La familia Angulo y en general la parroquia de Guariche, han tenido que afrontar a las pretensiones expansionistas del sector ganadero intensivo. Aquí la presión hacia los campesinos es ejercida a través de la ausencia de los propietarios de los predios ganaderos en el territorio. La comunidad no puede acceder a servicios básicos porque no todos quienes son dueños de las tierras demandan agua potable o luz eléctrica, siempre está la ausencia de aquellos grandes ganaderos que les interesa que existan carencias en este sector para que la presión por vender la tierra tenga una justificación de tierras inhabitables.
Otro de los factores que motivan la lucha por la tierra, se relaciona con la comercialización, pues los hacendados que cultivan pasto para ganadería venden la leche en grandes cantidades, lo que les permite tener precios bajos sobre el producto. Mientras los pequeños productores pequeños, como la familia Angulo, cuya producción es mucho menor que las haciendas lecheras, deben comercializar la leche a precios que les resulta perjudicial para sus economías.
La lucha por la tierra en Guariche y la familia Angulo es cotidiana ante el modelo de desarrollo rural nacional, que tiene diseñado para esta zona, una serie de proyectos de expansión de la palma africana, el negocio forestal y el turismo capitalista. Son estas dinámicas que disputan el uso de la tierra a los pequeños productores de Guariche. Se constata muchos mecanismos impositivos de despojo de la tierra, pero para el caso de Guariche se ensaya en gobernar manipulando los deseos de la gente campesina, diciéndoles que si quieren ganar más y poder satisfacer sus necesidades deben producir para el agronegocio, porque la producción de alimentos no tiene mercado. Esta comunidad se está enfrentando a la tendencia global de procesos de urbanización que debilitan al campo.
Distribución de la tierra en los últimos 15 años
El último heredero Pircio Angulo, que compró la tierra a sus hermanos, en la actualidad tiene diez hijos, a los cuales ha cedido en usufructo una proporción de tierra para vivienda y producción. Sin embargo, no ha entregado títulos de propiedad para no parcelar las 52 hectáreas.
La distribución de las tierras tiene una lógica de asignación vía usufructo –como lo mencionamos–; se ha destinado una hectárea exclusivamente para vivienda de todos los hijos, por lo cual comparten un espacio común contiguo de vivienda. Se asigna 1,5 hectáreas a cada familia para su producción individual, para que puedan cultivar lo que deseen. El resto de propiedad, que es 50% aproximadamente del total del predio, está destinado a la siembra y cría de ganado de manera asociativa, dividiendo el trabajo, las ganancias, las pérdidas y la producción. Sobre esta propiedad comunal se trabajan tres días a la semana y luego en la parcela familiar.
[1] El heredero que queda en las tierras se convierte en único dueño años más tarde. Ese hecho ha significado que las generaciones que se quedaron a habitar en las tierras apostaran paulatinamente por una unidad fraterna y búsqueda de convivencia, por lo cual se han mantenido unidos y se han organizado por medio de directivas para consolidar una estructura de orden.
[2] La división de tierras en pequeñas propiedades limitaría la capacidad productiva; este es el factor por el cual se ha decidido tener una producción conjunta, usando las tierras en forma asociativa.