A pesar de las represiones y encarcelamientos, centenares de campesinos seguían ocupando latifundios y estancias en ambos departamentos. En este escenario de lucha campesina, las organizaciones tuvieron la capacidad de anteponer exigencias al Estado. Entre ellas figuraban 2.000 hectáreas de tierras en San Pedro y otras 2.000 en Caaguazú, para destinarlas a las familias agricultoras sin tierras. Se consiguió tierras para 126 familias en Caaguazú, específicamente en San Joaquín (Arsenio Vázquez y Mariano Díaz). “No las que estaban ocupando, pero igual fue triunfo, de no tener tierra, se pasó a tenerla”, expresó un dirigente nacional de la organización.
El modelo de los asentamientos es nuclear, la población se encuentra en un círculo donde se les facilita el acceso a cualquier infraestructura de servicios, comunicación entre las familias, seguridad y de manejo social de la producción, comercialización conjunta de la producción, entre otras cuestiones organizativas. La propiedad de la tierra sigue siendo del Estado, a pesar de existir un documento de entrega oficial del inmueble a la FNC, la transferencia legal de la misma no se realizó hasta la fecha. El control de la tierra es comunitario y no personal, aunque la utilización de la tierra para producción agrícola es por familias. “Mientras tengamos una organización fuerte tendremos estabilidad en esas tierras”, agregó el dirigente.