La vereda “Úrsula” fue habitada en sus inicios por las familias Giraldo y Castaño, quienes llegaron para establecerse y colonizar el territorio. Hacia el año de 1920 se construyó la escuela, que se convertiría en uno de los lugares más importantes, pues era el centro de todo tipo de reuniones para la comunidad y que más tarde (1932), sería la inspiración para el nuevo nombre de la vereda: La Esperanza.
En 1928, este territorio estaba habitado por 20 familias que construían sus casas con elementos propios de la región (paja, estantillo,[1] tapia[2] y teja de barro cocido) y desarrollaban su economía en torno a los cultivos de café, tomate, plátano, achira y caña; para después comercializarlos en los municipios de Cocorná, El Santuario y Marinilla.
La construcción de la autopista Medellín-Bogotá en la década de los setenta, transformó los modos de vida de la vereda; generó cambios en la vocación económica y tenencia de la tierra. Dos de las alternativas económicas que derivaron de esta obra vial fueron el turismo recreativo, dado el potencial hídrico de la vereda y, adicionalmente, el servicio de lavado de automóviles al margen del trayecto de la autopista en este territorio.
Otro de los hechos históricos que cambió la forma en la que los habitantes concebían, aprovechaban y vivían en sus tierras fue el paso del conflicto por La Esperanza. Entre junio y diciembre de 1996, se produjo la desaparición forzosa de diecisiete campesinos y una ejecución extrajudicial. Corporación Jurídica Libertad (2012). Estos hechos provocaron la ruptura de las familias y su cultura campesina, debido a que las mujeres y los jóvenes se vieron obligados a buscar otras formas de sustento, apartándose del trabajo en sus tierras. En 1999 se presentaron estos sucesos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y en 2017 la Corte Interamericana de Derechos Humanos falló a favor de las víctimas, responsabilizando al Estado colombiano por su acción conjunta con las Autodefensas del Magdalena Medio.
En el año 2000, cuatro años después de las incursiones militares y paramilitares a la vereda, se presentaron dos desplazamientos de gran proporción, ocasionando que los campesinos abandonaran sus fincas. Muchas de las personas que salieron, no retornaron al territorio, lo que llevó a que los niveles de producción bajaran.
Se puede decir que el conflicto no cambia las cosas de la realidad jurídica de las tierras, pues este problema es más cultural, porque la gente hereda, pero no valora una propiedad raíz… El conflicto no los despojó de las tierras. (Quintero, D., 2017).
Los desplazamientos en La Esperanza no generaron los conflictos sobre la tierra presentados en otros lugares del país, que tenían como objetivo el despojo y apropiación de las tierras de los campesinos desplazados. En esta parte del Oriente, existieron otros intereses sobre la tierra, pues, si bien no fue para que ciertos actores concentraran tierras, se buscó romper el tejido social para aprovechar sus territorios con fines extractivistas, sin recibir mayor oposición por parte de la comunidad. Sin embargo, los afectados han venido organizándose y resistiendo ante los intereses que van en su contra.
Con respecto a las instituciones del Estado encargadas de legalizar y apoyar el acceso a la tierra, el Incora, hasta su fecha de liquidación en 2002, no logró titular tierras a ningún habitante de la vereda, mientras que el Incoder (2003 y 2015) solo logró titular aquellas que no tenían oponentes. Esto demuestra la ineficiencia del Estado para resolver el problema de las tierras en el país.
Desde el 2012 se están haciendo estudios para la construcción de una pequeña central hidroeléctrica (PCH) sobre el Río Cocorná. La mayoría de la población no se encuentra de acuerdo con este proyecto, no obstante, algunas personas que quieren que se realice, están vendiendo sus tierras. El dinero que reciben por las ventas es insuficiente para establecerse en otros lugares.
[1] Trozo de madera clavado en la tierra para soportar algo
[2] Muro hecho con barro apisonado en un molde que después se deja secar al sol.