Familia Chaupe-Acuña
El caso de Máxima es emblemático porque ha puesto en tensión el derecho a la propiedad privada versus el derecho al territorio de las comunidades, donde el Estado peruano en un primer momento opto por defender la propiedad de las empresas por sobre el derecho de las comunidades, sin embargo, gracias a la lucha que ha tenido Máxima Acuña y a su fortaleza para nunca rendirse en la defensa de su territorio, logró ganar el juicio interpuesto por la minera y como ella explica:
“mi principal motivación para luchar por mi terreno fue defender nuestro derecho, defender nuestra vida, es lo único que nos han dado, nuestra tierra para vivir tranquilo, si no hay nuestra tierra, no hay donde vivir y también he luchado por la verdad, porque es nuestro trabajo nos corresponde nos pertenece por eso toda persona trabaja lucha para tener donde estar y no estar preocupado o afligido como en la ciudad”.
La lucha de las mujeres campesinas de Sorochuco viene siendo importante porque articulan varios colectivos de defensa del agua y la tierra, como es el caso de Emperatriz Bolaños que es una rondera y además conforma a los Guardianes y guardianas de la laguna agrupación conformada por campesinos y campesinas líderes de pueblos en donde la mina tiene alcance; y además, Máxima Acuña quién ha resistido por más de 5 años el hostigamiento de la minería.
Emperatriz Bolaños en el mercado de Sorochuco-Celendín
Estas mujeres campesinas han hecho visible un problema que afecta no solo a su familia o comunidad, sino a todo el Perú: la falta de una ley efectiva que respalde a las familias campesinas frente a los intereses de la gran industria extractiva.
En la actualidad se ha logrado a través de las protestas de los campesinos y campesinas y de la lucha incansable de Máxima Acuña y sus compañeras y compañeros comuneros, paralizar el proyecto Minero Conga.
Es importante recalcar que la lucha de Máxima Acuña y recientemente la historia de Emperatriz Bolaños ha sido motivo de inspiración y un modelo a seguir por miles de personas que se van sumando a la defensa del medio ambiente; por ese motivo, Máxima Acuña fue nombrada en el 2014 como “Defensora del año 2014” por la Unión de Mujeres Latinoamericanas, la cual a través de una votación en la que participaron diecisiete países y de cinco continentes la seleccionaron como el caso más inspirador.
En el 2016, otro de los reconocimientos que recibió Máxima Acuña, fue el premio Goldman distinción que se le otorga a los defensores medioambientales de todo el mundo.
Emperatriz es una representante del colectivo de campesinos y campesina que cuidan la tierra y el agua de Sorochuco, a los que se denomina “Las y los guardianes de la laguna”, esta organización se encuentra bajo la responsabilidad de la Plataforma Interinstitucional Celendina (PIC) y la conforman, las Rondas Campesinas, autoridades comunales y frentes de defensa de las comunidades de Huasmín, Sorochuco y Celendín. Ella a través de su participación en este colectivo ha logrado tener injerencia en su colectivo y en su comunidad y han logrado demostrar una capacidad de movilización de las comunidades logrando tener incidencia sobre el gobierno regional de Cajamarca.
Las y los guardianes de la laguna. Fuente: Proceso