Randy Mikuna aparece en los últimos cinco años como esa alternativa de resistencia que promete, a partir de la asociatividad productiva y la agroecología ser una oportunidad para los productores de la zona.
En este caso 14 familias indígenas y campesinas organizadas, reconfiguran la estructura de propiedad de la tierra, a través del principio comunitario de poblamiento que permite el acceso a la tierra de aquellas familias afectadas por los conflictos con la agroindustria y los encadenamientos productivos.
Iniciado el 2010, en asamblea campesina e indígena a la que asistieron masivamente los pobladores de Toacaso, se toman las siguientes resoluciones: a) prohibir la venta de predios a personas externas a la comunidad campesina; b) permitir la venta de predios a campesinos sin tierra o con poca tierra que tengan arraigo con sus territorios; c) insistir en la educación intercultural bilingüe como alternativa para los jóvenes[1].
[1] Las resoluciones apelan al sentido comunitario de poblamiento, mencionado por los entrevistados, que consiste ocupar los espacios por los pares. Es decir, por los mismo campesinos e indígenas que ya estaban en la zona pero que no tienen tierra.