De la realización del presente estudio de caso se desprende la existencia de un factor esencial de la vida comunitaria: la forma asociativa en que los compañeros de Ecocacao se organizan. Hay una necesidad imperiosa por cuidar los caudales de agua en las cascadas para las generaciones venideras. Como productores de cacao certificado orgánico cuidan de la flora y fauna en la zona.
Para la conservación de los caudales, los integrantes de la asociación decidieron asegurar los caudales 20 metros de lado y lado. Con esta decisión han comprometido al resto de compañeros a extender en el tiempo una “necesidad de minga permanente” en relación a la limpieza y mantenimiento de los linderos y caudales.
Comenzaron como “cambia manos’’ y continúan protegiendo el agua como fuente de vida siendo conscientes de que las generaciones venideras heredarán las prácticas comunitarias. El territorio les ha convertido en actores vigilantes de su propio futuro en defensa y cuidado de los recursos productivos vitales para una vida en comunidad.
El Recinto La Galerita asume esta iniciativa como un emprendimiento que será de interés turístico comunitario. Con el desarrollo de cierta infraestructura y la participación de las familias, el río como bien público es el principal recurso que ha de defenderse en bien de la comunidad.
La tierra para el campesinado como eje de lucha se constituye como un componente vital en la defensa del territorio desde una óptica ambiental pero también desde su propio uso. Los recursos productivos garantizan la supervivencia de los campesinos en defensa de la soberanía alimentaria y la preservación del medio ambiente como sustentador de dichos recursos que garantizarán la supervivencia de las generaciones venideras.