El movimiento campesino en el Paraguay es uno de los actores sociales más relevantes en la historia de ese país. Un primer momento de este movimiento corresponde a las Ligas Agrarias Cristianas que tuvo el apoyo de de campesinos, obreros y sacerdotes de distintas congregaciones religiosas y diocesanos. A partir de las Ligas Agrarias Cristianas se llevaron adelante reivindicaciones de tierras con manifestaciones y ocupaciones de tierras. El núcleo fundacional estuvo localizado en el departamento de Misiones. Posteriormente, se fue extendiendo rápidamente a otros departamentos del país como fue el caso del departamento de San Pedro donde se sitúa el caso 47 Asociación Campesina San Isidro del Jejuí : El retorno a las tierras y la conquista de la titulación asociativa de la plataforma del Movimiento Regional por la Tierra y que fue sistematizado por el Grupo SUNU Acción Intercultural a través de la representación de Mariana Franco Coordinadora de la institución y las investigadoras Alejandra Estigarribia y Alejandra Torrents.
Entre 1969 y 1974 un grupo de campesinos/as de la Federación Nacional de las Ligas Agrarias Cristianas construyó un modelo de comunidad autosustentable con el sistema de tenencia asociativa de la tierra y de producción comunitaria en la denominada Colonia Jejui. El modelo de economía solidaria y autosustentable de la comunidad se basaba en un sistema de trabajo organizado en diferentes equipos. En la madrugada del 8 de febrero de 1975, la comunidad Jejuí fue atropellada por batallones de asalto convertida en un cuartel, con ocupación permanente por civiles y policías militares durante 3 meses, las chacras fueron saqueadas y las casas destruidas.
Derrocada la dictadura stronista en 1989, se conformó la Asociación Campesina San Isidro del Jejuí, conformada por las distintas familias integrantes de la Comunidad desarticulada por la dictadura, con el objetivo fundamental de recuperar las tierras que ya se habían pagado. En 1994, agotados los trámites administrativos ante el Instituto de Bienestar Rural, la Asociación decide recuperar la posesión de sus tierras procediendo a una ocupación que pronto fuera desalojada en dos ocasiones seguidas, procediéndose cada vez a la reocupación. En 1999, la Asociación da inicio a una demanda de nulidad de título y obligación de hacer escritura pública. Luego de 10 años la causa judicial llegó a su fin, ganando en todas las instancias. En febrero de 2010 la máxima instancia de la Corte Suprema de Justicia ratifica la sentencia a favor de la Asociación San Isidro de Jejui.