El Movimiento Regional por la tierra y territorio quiere dar a conocer parte de la historia de Angélica Panca, quien se auto identifica como: Isleña, artesana de Totora, comunaria de Chimu (comunidad parte de la población de Ichu en Puno-Perú).
Angélica, una señora de pollera que no se imagina una vida alejada del lago Titicaca, “Yo no pienso estar en el seco, quiero vivir acá cerca de la orilla. Acá me siento más tranquila”, ella junto sus compañeras artesanas fueron perfeccionando sus habilidades en artesanía en base a los diferentes usos que se le da a la Totora.
Son 18 personas, junto a Angélica, quienes resguardan, mantienen e identifican como un medio de vida la variedad de productos y servicios que ofrece el Centro de Interpretación de totora de la Asociación Eco Artesanía de Totora Titikaka, donde las artesanas ofrecen sus productos y también relatan las distintas creencias que tienen entorno a esta representativa planta de lago.
Con la ayuda de conocimientos locales en los usos de la totora, su comunidad se dedicó a construir una isla flotante en base a la totora, en estos meses ya se encuentra con un 85% de avance y es conocida como: Isla Balsero Chimu.
La asociación les brinda a las mujeres de Chimu un espacio seguro en el que pueden trabajar de manera articulada. Así, han logrado mejorar la calidad estándar de su producción y esto les ha dado fuerza para empezar a separarse de los intermediarios, a quienes por años han vendido sus artesanías para ser revendidas en otros espacios turísticos, y vender sus productos de manera directa. La venta directa significa ingresos más justos por su trabajo y mayor desarrollo para ellas y sus familias. Con el paso del tiempo y varias experiencias conocidas (en el sector) y vividas, ellos han comprobado que se puede hacer turismo responsable y sostenible.
Angélica prefiere hacer paneras de distintos tamaños y colores que cuidar sus gallinas, incluso percibe que hacer paneras es una actividad más creativa que dinamiza su vida.
La asociación les brinda a las mujeres de Chimu un espacio seguro en el que pueden trabajar de manera articulada. Así, han logrado mejorar la calidad estándar de su producción y esto les ha dado fuerza para empezar a separarse de los intermediarios, a quienes por años han vendido sus artesanías para ser revendidas en otros espacios turísticos, y vender sus productos de manera directa. La venta directa significa ingresos más justos por su trabajo y mayor desarrollo para ellas y sus familias.
Este tipo de emprendimientos se hacen tangibles gracias al conocimiento heredado a través de los años, que, en este caso, plasmados por mujeres comunarias en el conocimiento y manejo ancestral la totora, saberes que les permiten abrirse espacio en el campo de las artesanías como especialistas del tejido de totora en el circuito del lago Titicaca en Puno. Son justamente estas tradiciones las que, de manera articulada a través del emprendimiento turístico, van a continuar construyendo desarrollo para la comunidad de Chimu.
El Movimiento Regional por la Tierra y Territorio saluda, aplaude y motiva a que este tipo de emprendimientos sean replicados por otras comunidades, donde todas y todas los comunarios puedan ser partícipes con igualdad y equidad.