Fuente: CRI y ONIC.
En solo 24 horas, los pueblos indígenas de Kaunkamo y Wiwa, de La Sierra Nevada de Santa Marta norte de Colombia, sufrieron dos atentados a su espiritualidad en lugares sagrados para sus culturas. Las autoridades indígenas apuntan que el móvil es intereses extractivistas que se quieren instalar en sus territorios.
"Las Autoridades del Pueblo indígena Kankuamo denuncian públicamente ante las Autoridades Nacionales Gubernamentales y Judiciales e informan a la sociedad colombiana y a la comunidad internacional de un nuevo atentado, esta vez al corazón espiritual del Pueblo Kankuamo, en la comunidad de Guatapuri, con la destrucción, según lo que arrojan las investigaciones, de forma deliberada de las “KANKURWAS O CENTRO DEL PENSAMIENTO” de la Comunidad, el día 17 de Agosto del 2017, siendo las 5:00 am de la mañana", inicial el comunicado del Pueblo Indígena Kankuamo.
En el documento, que fue publicado en el portal de la Organización Nacional de Indígenas de Colombia (ONIC), se explica que la destrucción de casas ceremoniales o espacios sagrados es una de las formas de violencia cultural más antiguas, implementada por los españoles desde la Época de la Colonias y luego por las misiones capuchinas que se asentaban en SNSM, y que ahora es un acto de violencia cultura sistemática.
“Denunciamos una violencia cultural sistemática en contra de nuestra espiritualidad, a través de la quema de los centros de pensamientos, los centros de memoria, como lo son las Kankurwas; EXPRESAMOS nuestro rechazo por los hechos criminales que atentaron el 05 de Enero del 2015 con una de las KANKURWAS de los hombres en la comunidad de Chemesquemena; el 15 de Febrero del 2016 ambas KANKURWAS (hombres y mujeres) son quemadas en la comunidad de la Mina y el acto que hoy desconcierta y aflige al Pueblo Kankuamo, la destrucción de las dos KANKURWAS en la comunidad de Guatapuri (Mujeres y hombres ) el 17 de agosto del 2017”.
A horas de este primer ataque, el pueblo Wiwa también fue objeto de un “acto terrorista a las casas ceremoniales donde se comparte los conocimientos espirituales y culturales, la noche del mismo jueves. Se quemaron tanto las Ungana y Ushui (hembra y macho), lo cual se suma a la estrategia de etnocidio que los pueblos de la Sierra Nevada somos objeto”, así lo denuncia el Coordinador de DDHH del Pueblos Wiwa – OWYBT, Pedro Loperena, informó el portal del Consejo Regional del Cauca (CRI).
El nuevo hecho ocurrió aproximadamente a las 9:30 de la noche del mismo jueves, en la comunidad Wiwa de Sheyamake, ubicada en la finca Arimaka, territorio recuperado hace 4 años, en plena troncal del caribe, vía Riohacha municipio de Dibulla, cuenca del rio Jerez en La Guajira.
Esta comunidad del Pueblo Wiwa se encuentra en territorio ancestral reconocido en la sentencia 849 del 2014, donde cohabitan población Wiwa desplazada o víctimas del conflicto de Make, Coroal y el Limón, quienes vienen siendo objeto de presencia de grupos armados ilegales y de actores extractivista de la minería ilegal, cuyas autoridades indígenas han recibido ofertas para permitir la extracción de oro; ante la negativa, han amedrantado a las autoridades como el coordinador de territorio del pueblo Wiwa.
Estos y otros hechos fueron denunciados en la Audiencia con la Corte Constitucional y la Procuraduría General de la Nación, el 1er de Agosto en Nabusímake – Capital del Pueblo Arhuaco.
Pedro Loperena, reitera que “este acto se suma a la estrategia de etnocidio que viene sufriendo el pueblo Wiwa, y los demás pueblos hermanos de la Sierra Nevada, tal como lo demandara la Corte Constitucional en el Auto 004 del 2009, ocho años van y las causas de este auto siguen renovándose, ayer fue con las balas, hoy la devoras sed del agua y los recursos minerales de la Sierra nos vuelven a condenar, ante la defensa de nuestros derechos y salvaguarda del Corazón del Mundo, no sólo para los pueblos originarios, sino para el humanidad”.
Ante las pérdidas del patrimonio material e inmaterial de los pueblos Wiwas y Kankuamos, como sus casas ceremoniales y de todos los pueblos originarios de Colombia, la ONIC ratifica enérgicamente que “ningún actor armando, legal e ilegal, y mucho menos los actores extractivista podrán amilanar la fuerza y silenciar a nuestros pueblos, en su lucha por la defensa y exigibilidad de los derechos ancestrales, y más ahora en contexto de paz”, por ello “nos unimos al clamor de los Hermanos Wiwas y Kankuamos, y demás hermanos de la Sierra Nevada, para que estos hechos sean esclarecidos en coordinación con nuestra autoridades propias, y se garanticen los derechos a la integridad y la vida, para seguir perviviendo física y cultural en nuestros territorios ancestrales” Luis Fernando Arias, Consejero Mayor de la ONIC.
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