Entre los días 17 y 18 de junio, en la localidad de Nagataima (Tolima), se realizó el Intercambio de experiencias sobre justicia indígena entre la Nación Qhara Qhara y el Resguardo Indígena Pijao. Se trató de un diálogo bastante fructífero entre dos procesos organizativos y contextos nacionales diferentes. Samuel Flores, ex quraqa de la nación Qhara Qhara (Chuquisaca, Bolivia) explicó que las unidades territoriales de los Andes, las markas y los ayllus, en la actualidad buscan la reconstitución territorial del Qullasuyu. Los dirigentes de la Asociación de Cabildos Indígenas de Tolima – ACIT explicaron el proceso de defensa y organización del Resguardo del pueblo indígena Pijao, en un contexto de adversidad para los pueblos afectados por el conflicto armado.
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El intercambio lo inició el líder Orlando Pamo Chaguara, explicando el proceso de constitución del resguardo Pijao, su resistencia y defensa del territorio, a partir de 3 comunidades nativas. Así mismo, impresionó mucho la participación de Luz Mery Panche, líder indígena nasa que informó a todos sobre los avances en las mesas de negociación como representante de la Coordinadora de Organizaciones, Movimientos y Pueblos Indígenas de Colombia – COMPIC, quien se refirió a la necesidad de construir la “justicia propia” y la “educación propia”, y cómo es que el nuevo contexto colombiano, referido a la construcción de paz, requiere de consultar a los pueblos indígenas pues cualquier plan de desarrollo y/o resarcimiento a las víctimas de la guerra, debe constituirse con un enfoque territorial y étnico.
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A su vez, el antropólogo boliviano Pedro Pachaguaya se refirió a los avances legislativos de su país. Advirtió que éstos deben ser considerados como avances para toda la región y no sólo, como experiencias locales. Puntualmente, la Constitución política del Estado plurinacional de Bolivia, plantea la preexistencia de los pueblos indígenas al Estado y la República, y además, la igualdad de jerarquía entre la justicia ordinaria (occidental) y la justicia indígena. Estas oportunidades son únicas y no tienen precedentes en la historia, sin embargo, descolonizar las formas de entender la justicia y ejercer, tanto los derechos civiles como la capacidad jurídica, resulta un proceso largo y dificultoso.
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Samuel Flores por su parte, explicó que con los avances mencionados, los pueblos indígenas en Bolivia habían logrado que el Estado y sus instituciones tradicionales, deje de exigirles personerías jurídicas y además, tener representación directa en instancias de gobierno regional. Recomendó que los pueblos indígenas busquen su origen, su historia y raíces, para así fortalecerse y justificar para sus nuevas generaciones el ejercicio del gobierno propio. Explicó que en Bolivia, las organizaciones nacionales campesinas e indígenas, habían tenido su momento y aporte, hoy por su funcionalidad al gobierno y su dependencia a las agencias de cooperación se han debilitado y perdido el norte de sus agendas, por lo que finalmente, las demandas y agendas, deben recaer en los territorios y la construcción de sus gobiernos.
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La Asociación de Cabildos Indígenas de Tolima – ACIT, explicó que dada la violencia que se remonta a la colonia española, el pueblo Pijao ha sufrido mucha pérdida de identidad, sin embargo, ante el permanente acecho de la violencia y el desplazamiento forzado, la unidad del pueblo se debe a la defensa territorial y humana. Varios ancianos presentes, se refirieron con tristeza a los muchos hermanos que perdieron en el camino, el resistirse al desplazamiento e incluso sumarse a las filas de una lucha que creían fue de todos.
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El Colectivo Agrario Abya Yala dinamizó el Intercambio dibujando en el suelo un mapa sudamericano sin fronteras nacionales que ofrecía diversos objetos comunes a las diversas culturas.