El día 1 de junio, en el Auditorio "Marcelo Quiroga Santa Cruz" de la Facultad de Humanidades (UMSA) de la ciudad de La Paz, se llevó a cabo la presentación el documental “Vivir sobre una mina de oro (Teoponte)” producido por Territorios en Resistencia, aliados del Movimiento Regional por la Tierra y Territorio, y con el apoyo de Pan y Rosas Bolivia y Broederlijk Denle. La presentación contó con la presencia de la familia Tola Medina, los comentaristas Silvia Rivera Cusicanqui del Colectivo Ch'ixi y Pablo Villegas del CEDIB, además de un público de al menos 60 personas interesadas en la problemática de la minería en Bolivia.
Se inauguró el evento con la voz de Erlini Tola, una artista cuya familia además es protagonista del documental. Erlini interpretó canciones del acervo nacional y también una composición suya, su presencia y testimonio fue importante, motivó la reflexión y el debate al plantear la pregunta: “En verdad ¿Quiénes tienen derecho a la tierra?”.
Luego de que todos apreciásemos el trabajo audiovisual que montaba imágenes de archivo de diferentes medios de comunicación respecto a la promulgación de la Ley Minera, los discursos oficiales, la conflictiva y presencia de las empresas mineras y cooperativas en Teoponte, y además, el registro del testimonio de la familia de Viviano Tola, un pionero en las tierras del norte del departamento de La Paz, se dio paso a los comentaristas invitados.
Pablo Villegas, especialista en temas de extractivismo del CEDIB, explicó que precisamente la promulgación de la Ley 535 de Minería y Metalurgia (2014), coincidió con el detonante del conflicto en la minería de Arcopongo (provincia Inquisivi, La Paz) que como gran novedad en el contexto nacional, incluía la contratación de sicarios; la creciente violencia en Trinidad Pampa (provincia Nor Yungas, La Paz) y la caída de los precios minerales a nivel internacional.
Con estos antecedentes, Villegas afirmó que la ley lejos de regular y reivindicar la cultura minera combativa, como anunció García Linera en su discurso, sembraba la violencia pues permitía un “acuerdo de partes” donde dueños, concesionarios y trabajadores mineros, en desigualdad de condiciones deben negociar sus derechos de propiedad y aprovechamiento de los diferentes niveles de la superficie de la tierra, suelo, subsuelo y vuelo. Así, el papel del Estado, como es normal en tiempos de neoliberalismo, es el de testificar y de ninguna manera asumir la defensa de los más débiles, los trabajadores mineros, los campesinos y la población afectada por la explotación minera. Por otra parte, esta ley como ninguna otra para ningún otro sector, castiga a quienes cuestionen o intenten detener la actividad minera. Y peor aún, la ley resguarda a la propiedad minera como derecho preconstituido o adquirido, es decir, si un Territorio Indígena Originario Campesino (TIOC) se sobrepone a la propiedad minera, prevalece la propiedad minera y no se aplica la constitución política del Estado cuando reconoce la preexistencia de los pueblos indígenas a la república boliviana.
Silvia Rivera en su comentario valoró positivamente que Territorios en Resistencia tenga este tipo de aproximaciones al extractivismo. Explicó que el documental muestra un proceso que parte del contexto general y recae en el caso particular de una familia que sostiene un conflicto con la cooperativa de una empresa minera. Recalcó que la narración del avasallamiento y contaminación en la voz de una familia permite visibilizar lo rescatable de aquellas desoladas situaciones: “la persistencia del gesto rebelde de cuestionamiento y que bien se expresa al final del documental, la resistencia continúa”. Rivera expresó su agrado porque en estos temas es fundamental la difusión para tomar conciencia de los impactos de la minería y el extractivismo, y puntualizó que la experiencia de la familia Tola expone el verdadero carácter de la actual ley minera y denuncia la falsa retórica ecologista del Estado.
Al otorgarle la palabra a la familia, Viviano Tola explicó que su cuerpo soportó la explotación laboral de diferentes empresas mineras y ninguna le aportó una jubilación digna. Explicó que fue parte de la primera generación de colonizadores del norte paceño y que vio cómo las empresas estadounidenses y diferentes presidentes de Bolivia, se enriquecieron con el Oro que se extraía de la región. Uno de ellos hace más de 20 años, para quien trabajaba como minero, le otorgó tierra sin ningún papel y sólo con la orden de “alambrate”, hoy todavía no termina de garantizar su posesión y exclama “¡Cómo voy a salvar mi terreno, no hallo ninguna justicia!”. Advirtió a todo el público presente que Estados Unidos se había llevado toneladas y toneladas de oro y aún “nos están explotando”.
Las activistas de Pan y Rosa y Territorios en Resistencias reconocieron con un presente a la familia Tola, por su ejemplo en la resistencia y porque su testimonio proliferará la conciencia y solidaridad. Finalmente, Elizabeth López del colectivo Territorios en Resistencia explicó que lo importante de este trabajo recayó en conocer el conflicto minero, no desde las cifras y datos muertos, sino desde las personas concretas. El conflicto no afecta sólo a los campesinos o a la salud de los trabajadores mineros, sino que interviene también en la vida urbana.